sábado, 8 de septiembre de 2012

Estrés o no estrés

Una diferencia fundamental entre los animales y los seres humanos es que nosotros somos capaces de padecer estrés. Los seres humanos vivimos lo bastante bien, el suficiente tiempo y somos lo bastante listos como para generar todo tipo de hechos estresantes en nuestras cabezas. ¿Cuántos hipopótamos se preocupan por si la seguridad social va a durar tanto como ellos o por lo que dirán en una primera cita? Desde el punto de vista de la evolución del reino animal, el estrés psicológico es un invento reciente, en su mayor parte limitado a los humanos y otros primates sociales. Los seres humanos somos capaces de experimentar emociones muy intensas relacionadas con simples pensamientos.

Las cebras y los leones prevén el peligro y ponen en marcha una respuesta de estrés anticipada que les hace esconderse o salir corriendo y les salva la vida, pero no son capaces de padecer estrés de forma anticipada por acontecimientos muy lejanos en el tiempo. En este caso nuestra capacidad de imaginar nos juega una mala pasada, el truco está, como siempre, en cómo seamos capaces de representarnos la realidad. No olvides que tu cerebro no sabe distinguir entre lo real y lo imaginado, la respuesta corporal es muy similar.

Las estrategias mentales son buenas si somos capaces de reconocer las causas de problema al que aplicarlas. Intentaré adivinar cuáles son los principales orígenes de tu estrés: el primero suele ser tu incapacidad para decir <<no>> sin sentirte culpable. El segundo es que con frecuencia no tienes claras tus prioridades y dejas que sean otras personas las que decidan por ti. El tercero reside en tu falta de coraje para dar la cara por tus valores. El cuarto es que te cuesta muchísimo hablar con honestidad de tus sentimientos.

Los estoicos tenían un principio rector que consistía en no sobrevalorar nada que se pueda perder, de lo contrario estarías en poder de otros. La indiferencia ante las circunstancias puede ser buena, sobre todo cuando las circunstancias son adversas. Esta clase de indiferencia no es insensibilidad ni falta de compasión, sino la capacidad para no tomarse demasiado a pecho lo que suceda, aunque tenga que ver contigo; consiste en no perder la calma y rendir al máximo en situaciones estresantes.

Como el estrés depende de nuestra manera de representar la realidad, de nosotros depende complicarla o simplificarla.

<<Un profesor de filosofía entra en clase para hacer el examen final a sus alumnos. Poniendo la silla encima de la mesa dice a la clase: “usando cualquier cosa aplicable que hayan aprendido durante este curso, demuéstrenme que esta silla no existe” Todos los alumnos se ponen a la tarea, utilizando sus lápices y gomas de borrar, aventurándose en argumentos para probar que la silla no existe. Pero un alumno, después de escribir rápidamente su respuesta entrega su examen ante el asombro de sus compañeros. Cuando pasan unos días y entregan las notas finales, ante la estupefacción de todos, el alumno que entregó su examen en 30 segundos obtiene la mejor calificación. Su respuesta fue: “¿Qué silla?”>>

P.D.: El otro día leía en Twitter que hay personas que complican lo sencillo y otras que hacen sencillo lo complicado, tú eliges.

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